Cómo dar la bienvenida adecuadamente a nuestro nuevo perro
La llegada del nuevo
cachorro a casa es un momento delicado en el que lo más importante es crear un
ambiente de confianza y cariño. El perro se sentirá confuso y un poco abrumado
ante tantas novedades e inevitablemente añorará a su madre y hermanos así como
el entorno conocido y lleno de seguridad que ha dejado atrás.
Por esta
razón es fundamental que le permitas explorar a sus anchas el espacio en el que
va a vivir, Dejaremos que pueda explorar
TODA la vivienda, jardín, garaje... aunque luego limitemos ciertas zonas para
su acceso, es imprescindible que pueda identificar con su olfato la dependencia
familiar y así tener una composición espacial, será de gran ayuda para adquirir
un grado alto de confianza y seguridad en el animal. Todo ello sin agobiarle ni
forzarle.
Es importante que le muestres su cama y le proporciones un trozo de sábana,
tela o algún objeto que conserve el olor de su madre. Durante las primeras
noches el cachorro puede mostrarse intranquilo, le resultará difícil dormir e
incluso gemirá cuando se quede solo. Para reconfortarle, colocaremos una botella
de agua tibia en su cama así como un reloj de cuerda cuyo sonido le recordará a
los latidos del corazón de su madre. (esto para cuando este muy bebe)
También es importante elegir lo antes posible un nombre adecuado para el
cachorro y repetirlo con frecuencia al dirigirnos a él. Debes evitar
confundirle con diminutivos o nombres diferentes, ya que en esta etapa
aprenderá a responder.
No debes prestar menos atención a otras mascotas de la casa durante este
periodo de adaptación, ya que los otros animales pueden sentir celos del recién
llegado. Las presentaciones deben hacerse gradualmente, en terreno neutral y
bajo tu constante supervisión evitando dejar solo al cachorro con un gato o
perro mayores. Asimismo debes alimentarles por separado hasta que se hayan
hecho amigos.
Para la salud mental del
animal no es sano brindarles un exceso de atención las primeras semanas/meses y
luego pasar a un segundo plano, su trato debe ser coherente, equilibrado,
afectuoso y con ciertas normas que cumplir para una convivencia óptima.
Lo más importante es mostrarte amable, cariñoso y comprensivo incluso si el
cachorro en su confusión inicial hace alguna travesura pues de lo contrario
podría aprender a temerte. Esta etapa de bienvenida deberá ser un periodo
agradable, en la que tú y tu cachorro se conocerán mutuamente y aprenderán a
confiar uno en el otro sentando las bases de una feliz vida en común.
Para un aprendizaje duradero
y cognitivo, usaremos el Refuerzo Positivo, premiaremos las conductas deseadas
en el momento preciso de realizarlas, no varios minutos después, debemos ser
rápidos si queremos que entiendan qué esperamos de ellos. No estaremos mas de
10 minutos aproximadamente trabajando un proceso de aprendizaje o conseguiremos
que el animal pierda interés y se canse mentalmente, lo importante es que
termine el ejercicio haciéndolo bien y motivado.
Respecto al aprendizaje recordaremos algo prioritario: Los perros deben
equivocarse, aprender de forma gradual, permitirles gestionar parte del tiempo,
facilitar el entendimiento y no la imposición de manera generalizada, así como
ofrecerles resolución de problemas en solitario. Un perro muy obediente y
rápido que carece de tiempo para pensar, entender y resolver, no es un perro
libre y estable, solo tendremos un propietario feliz de "su obra".
Los paseos serán de forma regular, mínimo tres veces al día y mínimo de 40 minutos cada uno de ellos. Jugar, motivar e interactuar es una de las claves.
Cambiaremos el recorrido de los paseos para evitar la monotonía de los mismos
olores/mismo sitio y que su cerebro trabaje a baja frecuencia, una alta
actividad cerebral garantiza perros más sanos y felices.
Si el perro es de talla pequeña, deberemos olvidar el tópico de "los
perros pequeños necesitan correr/pasear menos", en muchos individuos puede
llegar incluso a ser al contrario!.
Si es un perro muy demandante de atención, deberemos prestársela cuando a
nosotros nos vaya bien y no siempre cuando él la demanda, así evitaremos la
sobreexcitación continua del animal por conseguir siempre sus objetivos.
Un error muy frecuente es a la hora de dormir, cuando está recién llegado,
todos quieren que duerma en su habitación pero pasado un tiempo la familia se
habitúa a su presencia y comienzan los cambios (en la mayoría de los casos
fatales para ellos); suele ocurrir que el perro pasa a dormir a otro sitio,
incluso solo y con la puerta cerrada –hay que evitar que esto suceda– deberemos
tener decidido con antelación cual será el sitio donde duerma o darle libertad
para elegir, es necesario que el tenga su propia cama y si es muy bebe también
un cobija que lo acalore y siempre tenerle cerca juguetes con que se entretenga
y se desestrese mas aun cuando se queda solo en casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario